domingo, 27 de abril de 2014

UN CLIMA, MALO

No es que haya que hablar de una justicia de dos velocidades, sino de auténtica impunidad de casta y clase, de todo un sistema, pensado y organizado con minucia, para que la criminalización y el castigo caiga sobre una clase social menos favorecida económicamente, menos poderosa, a la que, encima, se le arrebata el derecho a la protesta. Algo más, desde luego, que una grosera desigualdad ante la ley, ya vieja, milenaria llevada desde antiguo al escenario del guiñol burlesco. (klik egin-ver más)
Miguel Sánchez-Ostiz, en Diario de Noticias

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