En Legorreta y después en el monte Burnikurutzeta, entre Beizama y Tolosa, se produjo el martes un hecho esperanzador, que presagia un final feliz para tanto sufrimiento injusto provocado en los últimos 50 años en Euskal Herria. Fue un encuentro entre Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jauregi, y el preso Ibon Etxezarreta, miembro del comando de ETA que le asesinó hace 14 años. La víctima era padre de familia, juntero, dirigente del PSE, y gobernador civil de Gipuzkoa. Etxezarreta renovó su petición de perdón por el daño injusto realizado, y Maixabel le perdonó de corazón. El abrazo entre víctima y verdugo es un hito en el camino de la pacificación de este país. No ha sido el primer gesto, ni espero que sea el último. Pero cada paso que se anda ya no tiene vuelta atrás. Es un triunfo de la esperanza, de la concordia, de la convivencia, sobre el odio, y la venganza. (klik egin-ver más)
Adolfo Roldán, en Noticias de Gipuzkoa
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