martes, 4 de noviembre de 2014

QUE NO SON FORMAS

Barcina, Sanz, Sánchez de Muniain y otros consejeros de la antigua Caja Navarra se metían en el bolsillo el equivalente a otro medio sueldo más por dejarse comer la oreja en, como máximo, un par de conferencias mensuales. Asistir a una charla en nombre de la CAN era lo más parecido a darle a la manivela de la caja registradora. Entro, saludo, me siento, pongo cara de máxima atención, y para cuando salgo de estampía por la puerta ya se nota otra alegría en el saldo de mi cuenta corriente. Normal que no fallasen a ninguna. Normal que mostrasen en las fotos ese semblante de nirvánica felicidad, sea cual fuese la chapa que tocaba. No había en el mundo mundial un consejo de entidad bancaria más ansioso de cultivarse. Eso es formación y no la del INEM. Si se sigue buceando en ese pozo séptico que fue Caja Navarra llegaremos a descubrir propinas por cada canapé que se metían en la boca, emolumentos por cada ración de cogote y gratificaciones por cada vez que, en calidad de consejeros de la cosa, hacían uso del excusado. (klik egin-ver más)
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias

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