lunes, 6 de julio de 2015

IKURRIÑA Y NORMALIDAD CÍVICA

La presencia, en sí irrelevante, de tres parlamentarias de EH Bildu en la Cámara de Gasteiz, ha permitido a Joseba Asiron soslayar la legalidad vigente en materia de símbolos y colocar la ikurriña, bajo su exclusiva responsabilidad, este mediodía en el balcón mayor de Iruña. Mejor sería, sin lugar a dudas, que esa decisión la hubiese tomado el pleno del Ayuntamiento. Pero si algo hay que resaltar de lo vivido hoy en la Plaza es la total ausencia de incidentes. Porque de haberse producido enfrentamientos, ahora estaríamos hablando de otra cosa. Pero a diferencia de los tristes episodios de los años anteriores, hoy la Policía Municipal no ha tenido otro trabajo que abrir pasillo a la Banda y a los gaiteros. La ikurriña ondeó con toda normalidad en Pamplona desde el inicio de la transición hasta que en diciembre de 1981 el PSOE presentó una moción para retirarla y la Ley de Símbolos posterior oficializó la exclusión simbólica de la sensibilidad de una parte de la población. Se puede entender que su presencia moleste también a algunos, pero lo mismo ocurre con la bandera española, y a todos toca ceder en parte para llegar a la mejor solución posible, con responsabilidad y civismo. Con mayor malestar hemos tenido que soportar durante años incumplimientos flagrantes de la legalidad en cuestión de bilingüismo y memoria histórica. La ikurriña es la bandera oficial de la CAV, y no de Navarra, de acuerdo, pero tampoco pertenecen a la CAV los pueblos y ciudades de Iparralde donde la presencia de la bandera bicrucífera no provoca malestar a nadie. ¡San Fermín, San Fermín....!
Praxku

2 comentarios:

  1. El sometimiento ideológico al totalitarismo criminal del nacionalcatolicismo en Navarra es una tarea pendiente a subsanar por los nuevos tiempos políticos que han comenzado.
    Fue un sinsentido la “ley de símbolos” y mucho más no renegar de ella enérgicamente y constantemente. Para cualquier profano sería incomprensible que en Navarra, lugar donde se erige el monumento a los fueros –pso. Sarasate- en donde se determina que los navarros y Navarra “somos el pueblo vasco”, se haga una ley para impedir que la bandera del pueblo vasco pueda ondear. Eso sólo pasa en lugares colonizados, sometidos, no libres ni democráticos.
    Es triste oír a políticos de izquierda decir vaguedades sobre “sensibilidad de una minoría a respetar” y demás imprecisiones. No es cuestión de sensibilidad ni de respeto a las minorías, eso se debería dar por hecho, sino de una realidad tenazmente sometida a la intolerancia y violencia de quienes nos han gobernado en Navarra y en España desde hace más de 78 años. La ikurriña en Navarra –lugar donde fue concebida- ha sido proscrita por el terror nazionalcatolico, por la dictadura fascista, por la impúdica e impune transición y por la “democracia del atado y bien atado”.
    Hoy en Navarra posicionarse contra la ikurriña es ser un fiel valedor de la ideología criminal nazionalcatolica y persistir en su terrorífica implantación sobre la razón, la historia y la memoria democrática
    Debemos aprender a presentar la ikurriña en Navarra, no como un símbolo independentista o étnico o anti algo, sino como lo que siempre fue: la bandera del pueblo vasco del que formamos parte histórica sin ninguna otra pretensión ni definición.

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  2. La ikurriña es creación de Sabino Arana como bandera bizkaitarra. Como bilbaino, me sorprende la alegría con que la ondean en Guipúzcoa, Álava y Navarra.

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