martes, 4 de agosto de 2015

MAROTO

Es digno de estudio cómo es posible que una persona como Javier Maroto, que por su condición de homosexual pertenece a un colectivo históricamente perseguido, marginado y humillado, cada vez que abre la boca lo haga para insultar, despreciar o excluir. Al menos es en lo que se está especializando en los últimos tiempos. Y la estrategia tiene premio tanto para él, que ha alcanzado la vicesecretaría de Acción Sectorial del PP, como para Xavier García Albiol, elegido por Rajoy para presidenciable de la Generalitat con el impulso de un lema de campaña tan evocador de Auschwitz como Limpiando Badalona. No contento con asegurar que los emigrantes vienen a Euskadi a “vivir de la sopa boba” o de asegurar que el euskera sirve para la colonización de Araba desde Bizkaia y Gipuzkoa, ayer acudió a Iruñea para sumarse al carro de críticas con el que la derecha navarra y española han recibido al gobierno del cambio. Según Maroto, los planes de Uxue Barkos pasan por convertir Navarra en “lo peor de la Gipuzkoa profunda”. Como no explicó dónde sitúa él la Gipuzkoa más oculta ni cuales son esos males que también ahora llegarán al Viejo Reyno, por lo menos que nos lo aclaren sus compañeros guipuzcoanos. ¿Seremos portadores de algún virus maligno sin nosotros saberlo?
E.Iribarren, en Noticias de Gipuzkoa

1 comentario:

  1. Siendo cierto lo aquí dicho, haríamos un mal diagnostico si sólo lo circunscribiéramos a colectivos como los homosexuales. Esto, que las victimas de intransigencias sean a la vez los mayores defensores de los que les oprimen, es habitual, común….Vamos, que no es ninguna excepción, sino una norma. Convendría recordar el magnífico libro de Erich Fromm “el miedo a la libertad” donde se detalla la condición humana tan tendente al sometimiento, al fascismo, a la esclavitud, a la humillación: masoquismo, sumisión….
    Si la primera reacción al saber de casos de estos protagonizados por personas de estas, como Maroto, es de sorpresa y estupefacción, una vez pasado el shock, vas notando como el cuerpo se enerva hasta desear patear el culo del impostor. Como bien se ha dicho, cuesta aceptar que personas que pertenecen a colectivos maltratados por lo religioso, la sociedad, la política, las leyes…. sean capaces, encima, de ser los arietes y cabecillas de todo eso que los convierte en subhumanos, en personas por debajo del resto en derechos y aceptación social, apuntalando los bajos instintos y la ignorancia de ideologías y religiones contrarias a ellos mismos. Sin embargo como ya dije al principio, esto es muy normal: ¿qué hay, sino, del obrero, del pobre, que vota y aplaude a los partidos de ideología derechista y liberal que basan todas sus políticas en someter y empobrecer laboralmente y económicamente a los trabajadores y pobres de la sociedad en favor de los pocos afortunados y ricos?. ¿Cómo sino comprender el amor al capitalismo que tienen los pobres y que les condena a ser pobres? Son exactamente igual de ilógicos, el homosexual que defiende y milita en partidos y religiones contrarias a la homosexualidad que el obrero y el pobre que votan y militan en ideologías políticas contrarias al bienestar social del obrero y del pobre. Es decir, he aquí como Maroto no es ningún espécimen raro, sino toda una norma en la España ésta, nazionalcatolica hasta las cachas, donde cuanta más pobreza hay, más paro, peores condiciones laborales, falta de libertades sociales y políticas…. más se vota a los que crean todo esto. De hecho, el PP sigue siendo, según las encuestas, el partido con más intención de voto tal día como hoy.
    Es así la cruda realidad: desde la izquierda nos partimos la cara en lo social, laboral, sexual… por defender libertades en beneficio de todos y muchas, muchísimas, de las personas que pretendemos liberal y que mejoren, son los primeros que se oponen a ello y que desean que los que luchamos seamos derrotados para siempre. Por eso siempre es más fácil y exitoso los modelos dictatoriales que los libertadores y democráticos. Por eso la derecha gobierna más y mejor que la izquierda, porque lo fácil y habitual –a lo que la gran mayoría está habituada y comprende y se amolda enseguida- es a ser un esclavo: EL MIEDO A LA LIBERTAD

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