En la madrugada del 5 de agosto de 1939, cincuenta y seis personas fueron fusiladas en la tapia del cementerio del Este de Madrid. Entre ellas estaban las "Trece Rosas".
El mes de abril de 1939 fue caótico en Madrid. En la capital conquistada -donde regía el estado de guerra impuesto por el general Espinosa de los Monteros, comandante del I Cuerpo de Ejército y primer gobernador militar, reinaba la sed de venganza y se produjeron numerosas ejecuciones extrajudiciales. Superados esos primeros días, se puso en marcha la máquina judicial del nuevo régimen, con consejos de guerra sumarísimos sin garantía alguna para los reos, y que solían desembocar, sin piedad alguna, en condenas a la pena capital. (klik egin-ver más)
Fernando Olmeda, en nuevatribuna.es
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