miércoles, 29 de agosto de 2018

UN DISCURSO FALSARIO Y MISERABLE

UGT lanza a los medios un comunicado en el que insinúa que el Gobierno está contratando de “forma abusiva y discriminatoria” a personas que tienen conocimientos acreditados en euskera para impartir clases en castellano. UPN se suma a la fiesta y acusa a Educación de aplicar de forma “retorcida y encubierta” la lista única en Educación. Y el PSN propone que UGT explique su comunicado. En realidad, el comunicado es un desmentido de sí mismo. Cita tres o cuatro casos -lo que ya de abusivo tiene poco- y ninguno de ellos es discriminatorio. Una patochada inmensa o, lo que es peor, un intento de armar jaleo falseando una realidad objetiva en el acceso a las plazas de profesorado en la enseñanza pública que cuestiona la transparencia del sistema y señala a las personas. ¿No pueden acaso los candidatos que saben euskera impartir clases en castellano también? ¿O acaso no saben castellano? ¿Si están cualificados de forma acreditada en su puesto de las listas cuál es el problema? ¿Y si saben castellano y chino o francés si pueden? ¿En realidad, a quién se busca discriminar y se lleva años discriminando? Es uno de los debates más miserables que arrastra aún la sociedad navarra. Absurdo, antidemocrático, injusto, discriminatorio y por tanto inaceptable y posiblemente inconstitucional. ¿Qué artículo excluye a los profesores que saben euskera y castellano de poder impartir clases en un una lengua u otra? ¿Pero que estupidez interesada y falsaria es esta? Es uno de los debates más increíbles que se puede dar en un modelo político democrático. Tan increíble que es una excepción en el conjunto del Estado en las comunidades con más de una lengua propia. Otra herencia envenenada del viejo régimen que antepone intereses y amiguismo sindicales y políticos a la normalidad académica con el veto al sistema de lista única -el general en el resto del Estado-, que prioriza la cualificación, méritos, pruebas y capacidad de cada aspirante en igualdad de condiciones y libre concurrencia y sigue permitiendo que Navarra cargue con este lastre excluyente y discriminatorio. Por cierto, la representación sindical de UGT en la educación pública de Navarra es tan residual que ni puntúa. No me extraña.
Joseba Santamaría, en Diario de Noticias

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