Tras la decisión de Donald Trump, el pasado lunes 5 de agosto, de arreciar su agresividad contra los venezolanos, al firmar una orden ejecutiva que amplía a bloqueo económico total sus sanciones unilaterales impuestas a Venezuela, la dirigencia de la derecha opositora a Maduro otra vez mostró el rostro, sin ruborizarse, de ser agentes (quién dudar que a sueldo) al servicio de ese gobierno norteamericano; sin dilación, como piezas del plan, salieron a darle apoyo y a reivindicar como suya esa brutal agresión contra su propio país.
Las declaraciones públicas del autoproclamado Juan Guaidó no dejan lugar a dudas, su pretendida posición política deja muy claro que solo cumple un trabajo por encargo ordenado por la Casa Blanca. A estas alturas del juego no puede tener otra interpretación lo dicho por el jefe de la oposición de la derecha guaidoniana.
Irán Aguilera, en Rebelión
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