Subir al monte es una de las costumbres más arraigadas entre la sociedad vasca. Euskadi ofrece unas envidiables condiciones para la práctica del montañismo, de la escalada o del treeking por lo que las principales cumbres de la orografía vasca se convierten los días festivos en cita obligada para los aficionados. Pero también para la Ertzaintza y Protección Civil que cada semana intervienen ya en cuatro ocasiones para rescatar o buscar a aficionados en el monte. Hay casos inevitables: una caída o una indisposición física son razones de peso que justifican muchos de estos episodios que en la mayoría de los casos tienen un final feliz. En otros, sin embargo, la operación de salvamento podría haberse evitado si el montañero hubiese adoptado unas mínimas precauciones antes de adentrarse en el monte.
En estos casos, que no están cuantificados pero «cada vez son más», el Departamento vasco de Interior está sopesando adoptar una medida implantada por Suiza y que Cataluña pondrá en marcha después del verano: girar al afectado el coste de la factura. La medida se aplicaría «sólo en caso de negligencia o imprudencia manifiesta por parte del montañero», apunta el viceconsejero de Interior, Raúl Fernández de Arroiabe. Las autoridades vascas han abierto un «periodo de reflexión» que podría desembocar con la adopción de una medida que no sólo busca ahorrar costes sino, sobre todo, evitar poner en riesgo las vidas de los miembros de los equipos de rescate por una causa perfectamente evitable.
La factura se hará efectiva sólo en casos flagrantes: por ejemplo, si el aficionado que se adentra en una senda prohibida, aquel que se pierde y no lleva ni una simple brújula para orientarse o quien haga caso omiso a las alertas meteorológicas. El objetivo es concienciar a los aficionados de que subir al monte no es un juego: hay que tenerle respeto. (klik egin-ver más)Diario Vasco
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