Nibia Sabalsagaray tenía 24 años cuando fue golpeada hasta la muerte en una celda del tristemente célebre Batallón 5, el lugar ideado por los militares uruguayos para aniquilar la resistencia a su dictadura. Entregaron su féretro sellado a sus familiares para que no pudieran comprobar las horribles y letales torturas a las que habían sometido a Nibia.
Pasado mañana los uruguayos votan, junto la primera vuelta de las elecciones presidenciales, la derogación de la Ley de Caducidad, que mantiene en la impunidad todos los delitos cometidos durante la dictadura. Precisamente han sido las gestiones de la familia de Nibia Sabalsagaray las que han hecho posible que la Corte Suprema de Justicia se haya pronunciado en contra de la constitucionalidad de esa aberrante ley. Los uruguayos tienen el domingo la palabra para abrir una nueva etapa en la historia de su país.
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