viernes, 13 de noviembre de 2009

SE CUMPLIERON LOS PEORES PRESAGIOS DE ASUN CASASOLA

Impotencia y asco. Es lo que siente la mayoría de esta sociedad avergonzada al rendirse a la evidencia de lo acertado del recelo que mostraba la madre de Nagore. Al comprobar que también la Justicia entra dentro del radio de lo que puede manipular esa poderosa secta que domina Navarra. Al recordar cómo desde el mismo momento de filtrarse a los medios los hechos en el momento en que ocurrieron, todos los periodistas fracasaron en su intento de obtener una foto del asesino, porque todas las webs que supuestamente la contenían estaban por arte de magia fuera de servicio. O el mal indicio que suponía que el magistrado Goyena declarase al inicio del juicio que "no estábamos ante un caso de violencia de género". Efectivamente, la muerte de Nagore tenía un precio, para quien puede pagarlo. A los que poco sabemos de leyes no nos queda sino decir que lo que esta gente del Jurado ha cometido al considerar que no hubo un asesinato y al conceder atenuantes absurdos que son un insulto a la inteligencia es una aberración ética. Porque el asco y la impotencia te impiden escribir. Ojalá la familia reúna fuerzas para sobrevivir al segundo asesinato de Nagore.
Praxku

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