Yolanda Barcina, "una persona decidida". Así la define Javier Muñoz Cuesta, ex fiscal superior de Navarra en la entrevista que le hizo el domingo este periódico. No le falta razón. Yolanda Barcina es una persona decidida a todo, con tal de no soltar el sillón. Con un déficit público disparado, hay que tener el cuajo de la portugaluja para mantener a cinco asesores cinco –machacas aparte– con sueldos de altos cargos solo para que la prensa te saque tu mejor perfil. Y si vamos a los resultados, o son un desastre en su oficio, o no pegan ni sello o es que, simplemente, donde no hay mata no hay patata y a esta elementa no le mejora su imagen ni el gabinete presidencial de la Casa Blanca. Huida del debate público, al que solo vuelve como testaferro de grupos de interés económicos y/o religiosos, ayer se encontraba en Perú, a donde ha ido a cuenta del contribuyente para sacarse una foto vestida de lagarterana universitaria. A lo mejor, el rescate a España la pilla fuera y con el birrete puesto. Pero hablábamos de la entrevista al exfiscal. Lo mejor de ella es la sorpresa de entrevistado cuando el periodista le sugiere "cercanía al poder" o carácter "sectario". Eso, después de haber afirmado que la corrupción en Navarra se acabó con Urralburu y Roldán. A Muñoz muchos le recordaremos por hacer que Galipienzo saliera casi de rositas. Ahora, se va sin investigar ni el circuito de Los Arcos, ni la Autovía del Camino, ni Caja Navarra, porque "no hay indicios de delito". Tampoco hubo expolio ni destrucción del patrimonio en el párking de la plaza del Castillo. Su opinión acerca de Miguel Sanz: "Un emprendedor. Ha hecho mucho por Navarra". La vergüenza debe de venderse cara en la Fiscalía. Está hablando de la persona que, incluso para muchos votantes de UPN, ha arruinado a esta provincia. A Muñoz, uno de los suyos, le harán un monumento o le dedicarán una calle. Al tiempo.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias
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