Es sabido que el Fondo Monetario Internacional puede defender, según los intereses en cada circunstancia del capitalismo especulativo, una medida en un momento dado y su contraria en otro. No le supone coste ético o democrático alguno. El FMI es un instrumento ideológico y político bajo la careta de económico, con el objetivo prioritario de ser portavoz del mercantilismo depredador. Sus medidas de supuesto liberalismo económico no son siquiera libertad de mercado, sino "menos salario y más paro, y menos democracia y más autoritarismo". (klik egin-ver más)
Joseba Santamaría, en Diario de Noticias
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