martes, 22 de octubre de 2013

ODIO IDEOLÓGICO TRAS LA DOCTRINA PAROT

Ha tenido que venir un tribunal europeo para recordar lo que los estudiantes de Derecho aprenden en el primer curso: que la aplicación retroactiva de una nueva jurisprudencia para imponer un criterio perjudicial va contra el principio de legalidad. Estrasburgo ha dejado al descubierto algo más que la chapuza de la “ingeniería jurídica” instaurada por el Supremo: el quebranto, impulsado por Aznar y mantenido por sus sucesores, del principio de la división de poderes.

El despliegue mediático de los voceros del PP, realimentado por UPN y UPyD, extiende la alarma social con la amenaza de la puesta en libertad de violadores reincidentes y asesinos en serie, cuando todos sabemos que por dichos delincuentes la doctrina Parot nunca se hubiese puesto en marcha, que se trata de un subterfugio ad hoc para un determinado perfil de presos. Porque no se trata sólo de la quiebra del principio de resocialización, inherente a todo estado democrático y amparado por la misma Constitución española. Esa filosofía punitiva cavernícola basada en el “ojo por ojo” es selectiva, no les vale para todos los casos. Se escandalizan porque vaya a salir de la cárcel Inés del Río tras pasar 26 años los mismos que pusieron en la calle tras unos meses a los condenados del GAL una vez extraído el rédito electoral que obtuvieron de la investigación de la trama. Tras su revanchismo hay odio ideológico. Y desazón por las nuevas oportunidades políticas que  abrirá el escenario post-ETA.


Praxku

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