Son varios niveles de este fraude en el que el menos importante es la compra de votos en zonas populares y regiones más pobres mediante la entrega de bolsas con comida por parte de delegados del Partido Nacional el mismo día de las elecciones. Pero hay dos niveles en los que es preciso detenerse. Por un lado uno más central y nuclear como es el propio Tribunal Supremo Electoral, cuyo presidente David Matamoros es militante y ex diputado del Partido Nacional. El Tribunal Supremo Electoral comenzó la noche del recuento publicando actas de zonas donde ganaba los cachurecos, como popularmente se conoce al PN, mientras al mismo tiempo mandaba a auditoria en torno a un 20% de las actas (que representan 400 mil votos) de territorios como el departamento de Santa Bárbara donde el voto mayoritario es para Libre. En el equipo de coordinación electoral del partido Libertad y Refundación se tiene la certeza de que en torno al 75% de las actas auditadas son ganadas por Xiomara. Todo lo anterior se realiza con el objetivo de crear la sensación de que el Partido Nacional estaba ganando las elecciones, sembrando descontento y desconfianza, e incitando a muchos fiscales de Libre a abandonar las mesas electorales después del recuento de los candidatos presidenciales, dejando vía libre para la manipulación de datos en el recuento de diputados y alcaldes. (klik egin-ver más)
Katu Arkonada, observador electoral (para Rebelión)
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