sábado, 20 de febrero de 2016

DE SENTIDO COMÚN

No soy nacionalista vasco, ni hablo euskera, ni tengo simpatía especial por ningún sindicato ni partido concreto, pero no comprendo qué clase de disfunción mental hay que tener para no comprender la frase: a más conocimiento más puertas abiertas. Esto es, si tú sabes castellano y euskera y quieres obtener una plaza de profesor en una comunidad en la que se ofrecen plazas en castellano y en euskera es lógico que tengas más opciones que el que sabe solo euskera o que el que sabe solo castellano. Yo si tengo las carreras de Medicina, Periodismo y un curso de 1.000 horas de manipulador de alimentos pues es normal que tenga a priori más opciones que uno que no las tiene. Que alguien que supiera euskera y castellano y se presentase a las oposiciones de maestro no pudiese optar más que a las plazas destinadas al euskera pero no a las de castellano es una discriminación gravísima, de la que me acuso por no conocerla previamente, algo que puede que se cambie, como debería ser. Dicen los sindicatos que mayoritariamente acogen a afiliados castellano-hablantes que esto supone dar una doble oportunidad a los que hablan las dos lenguas. No, no, esa opción no se la da nadie, se la han dado ellos a sí mismos al saber dos lenguas, del mismo modo que debería haber exámenes separados por especialidades. Es lo que tiene el conocimiento, de toda la puta vida y por todo el planeta: es bueno. No se habla de dar más puntos a quien sabe euskera, simplemente domina dos idiomas y tiene todo el derecho del mundo a presentarse en ambas plazas (y por supuesto en un solo examen, eso que se llama la lista única, sin tener que demostrar dos veces una misma capacidad) y a que la administración le defienda por tener mayor conocimiento idiomático que otros aspirantes. Igual muchos no sacan plaza ni en castellano ni en euskera, pero es su derecho, tan lógico que resulta ridículo explicarlo.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias

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