domingo, 23 de abril de 2017

GEROA BAI Y EL POST-DESARME DE ETA

El día 8 de abril nuestra sociedad, esa que ha padecido especialmente años de violencia ilegítima e injusta, ha vivido una etapa histórica: el desarme de ETA. Una exigencia que toda la sociedad llevaba años haciendo a esta organización. Un paso necesario que desde Geroa Bai considerábamos urgente. Una fecha que desde determinadas trincheras políticas y mediáticas han querido vivirla como un “suceso o acontecimiento” pero que en GBai la contemplamos como una etapa dentro de un ”proceso” iniciado hace mucho tiempo y que tardará mucho aún en acabar. Un largo proceso que nosotros denominamos de “integración social”. Porque sin ésta no habrá paz ni convivencia. Porque el final de este proceso debe ser -y será- la paz y la convivencia. 
Koldo Martínez, Juana García y Andoni Serrano, en representación del grupo de trabajo Paz y Convivencia de Geroa Bai

2 comentarios:

  1. Mientras nos sorprendemos asustados por el auge de Le Pen en Francia, por aquí seguimos haciéndole el caldo gordo a los lepenes cercanos: los de melilla, los de “la lucha antiterrorista”… Esos que son los actores y herederos responsables, políticos y de todo lo demás, de que antes de que naciera ETA la sociedad padeciera violencia ilegítima a raudales así como de la que ahora padecemos sin que haya ETA. Y esto es así porque los de Melilla, los de la “lucha antiterrorista”, son los mismos, ideológicamente y mucho más, responsables de que las cunetas sigan llenas de víctimas republicanas como de que las víctimas del terror del Estado, desde 1975 hasta hoy mismo, estén tiradas también en otras cunetas impunes; responsables de que la República, su recuerdo, su reivindicación, su bandera….. estén repudiados e ilegalizados exactamente igual que lo está la lucha armada, que no terrorismo, de ETA. Porque nos guste o disguste tanto los objetivos políticos republicanos como los de ETA, tanto las víctimas republicanas como las del terror del Estado, son anatematizadas y despreciadas de la misma forma. Sobre estas derrotas certeras y verdaderas pretendemos edificar no sé qué “paz y convivencia” que es lo que siempre hemos hecho equivocadamente y por eso seguimos teniendo lo que tenemos sin que ETA tenga culpa de ello.

    Deberemos de entender, al parecer, que el terrorismo nazional católico fue todo un fenómeno de “integración social” porque antes de ETA como después de ETA todo fue/es paz y convivencia. Lo cual ya nos da una idea de a qué se llama “paz y convivencia”. Que las cosas no le hayan salido a ETA, no ya al 100% de sus pretensiones, sino ni al 1% , a los demócratas nos debería disgustar, porque el 99% de los postulados de ETA eran democráticos en esencia mientras que nada democrático su negación. ¿Debemos de alegrarnos porque los deseos democráticos no hayan triunfado? De la misma forma que la alegría por la derrota de la República nos radiografía la baja conciencia progresista social que siempre hemos detentado, alegrarnos porque los principios ideológicos fascistas del nazional catolicismo, es decir, unidad e indivisibilidad bajo pena de muerte, xenófobo no reconocimiento de las naciones españolas y totalitarismo negador de los derechos colectivos, hayan triunfado es terriblemente clarificador de cómo somos “lepenistas” pensando ser otra cosa, pensando ser todo lo contrario. Luego, claro, ponemos cara póker cuando nos hablan del auge de la ultraderecha. Luego, también, nos sorprendemos de que la memoria de la República sea algo tan incómodo de defender como la propia lucha armada de ETA. Y menos mal que “la exigencia social y ciudadana” de poner fin -¿al terrorismo?- a la lucha armada, que no es lo mismo, ha tenido como protagonistas a ETA, pues de tener a los de la “lucha anti ETA”, a los de Melilla, íbamos aviados. Y dudo que la “sociedad” en su conjunto haya exigido “un desarme unilateral, sin condiciones políticas, …” Eso más bien lo han exigido el Poder gobernante y los partidos políticos que, aunque defensores del desarme, siempre utilizaron el mismo lenguaje del Estado, porque en el fondo piensan exactamente igual que el Estado. Porque los del “cambio” que temen colocar una tricolor para no contravenir leyes corruptas, resulta que nos venden que han contravenido leyes antiterroristas para llegar hasta Baiona. A Baiona se ha llegado, sobre todo e insisto, porque era con ETA con quien había que razonar y no con los de Melilla, con los de la “lucha antiterrorista”. Con esos, estos últimos, a los que jamás hemos derrotado en estos 81 años de pesadilla nazional católica y que han sido y son la causa de la existencia de luchas revolucionarias de liberación, negociar sin tener un palo en la mano es perder el tiempo y 81 años perdidos lo avalan.

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  2. “Tenemos también a las víctimas, su familiares y la propia sociedad que necesitan conocer la verdad sobre los crímenes sin resolver. “

    Lo que tenemos es que dejar de seguir el discurso corrupto de los de Melilla, de los de “la lucha antiterrorista” y tomar otro que nos aleje del lepenismo en el que estamos inmersos en este asunto. Sí, tenemos “víctimas”: a unas sobre las otras, como ayer mismo; a unas resarcidas y a las otras sin resarcir….. Y así seguiremos si pretendemos hacer del “todas las víctimas” lo mismo que hacen los que sólo reconocen a unas por aquello de la “paz y la convivencia”.

    Las víctimas de ETA ya están resarcidas e incidir en sobreactuaciones como si esto no fuera así, es tan nocivo y corrupto como lo que han estado haciendo los de Melilla, los de la “lucha antiterrorista”, con las víctimas de las que ellos han sido los verdugos. Mientras no tengamos claro que el “todas las víctimas” tiene que ser resarcir a las que faltan y nada más en vez de duplicar resarcimientos sobre las que ya lo están, sólo estaremos legitimando el discurso corrupto e injusto de los de Melilla, de los de la “lucha antiterrorista”.

    Los “casos sin resolver”, 300, (que sepamos la cifra exacta de ellos mientras que jamás demos cifras exactas de la violencia y terror del Estado, demuestra cómo nos preocupamos y fomentamos a unos sobre los otros, es decir, la doble vara de medir, la doble moral) no son más importantes que los incontables “casos sin resolver” fuera de la violencia de ETA, ni tienen porque tener prioridad sobre éstos últimos. Ni siquiera deberían ser más importantes que los “casos que no se han querido resolver”. Porque es muy sintomático que nos reocupe igual el caso de una víctima resarcida que no se ha podido resolver policialmente el delito que el caso de una víctima sin resarcir que no se quiere esclarecer el delito. Nada hay más urgente e importante que sacar a las víctimas de las cunetas de tierra e impunidad y ¡qué casualidad!, son las víctimas que ETA no provocó. Por eso están ahí, despreciadas, humilladas, sin reconocer… Porque son las víctimas de los de Melilla, de los de la “lucha anti terrorista” y porque es con estos últimos y no con ETA con quien hay que parlamentar para que esto deje de ser así. La derrota será lo único que conseguiremos por mucho que lo llamemos “paz y convivencia”

    Sabemos que ETA mató a 829 personas. Sobre todo porque la propia ETA revindicó los atentados. Pero no sabemos las que ha matado el Poder Coercitivo del Estado, haya sido dentro de la excusa de la “lucha antiterrorista” o feria de ella. Esto al parecer no interfiere en la “paz y convivencia”. No sabemos cuántos presos han sido encarcelados o lo están en base a leyes corruptas que los condenaban siendo inocentes. Esto tampoco afecta a la “paz y convivencia”. Poco importa que sólo el terror del Estado violara y torturara. La “Paz y convivencia” no está afectada por ello. Porque no hay más intención que volver a una “paz y convivencia” en la que unos sigan impunes y los otros eternamente castigados.

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