Estados Unidos ha librado y perdido varias guerras desde la II Guerra Mundial. Pero la de Afganistán es la primera librada y perdida por la OTAN, que por primera vez había activado el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte de defensa colectiva. Esta derrota, más política, social e ideológica que militar, tendrá graves consecuencias y costes para el orden mundial, y para la cohesión de un Occidente y una Alianza Atlántica que se tendrán que volver a buscar tras el fracaso de su primera gran operación fuera de su zona nativa de actuación. Incluso la UE, que tanta ayuda ha aportado a la reconstrucción de aquel país —de lo que pocos se han enterado—, queda como un gigante económico con pies de barro geopolítico, y con una nueva disputa emergente sobre los refugiados. Occidente sale humillado y debilitado de esta huida. (klik egin-ver más)
Andrés Ortega, escritor, investigador sénior asociado del Real Instituto Elcano y director del Observatorio de las Ideas. (en El País)
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