Un escaño en el Parlamento de Andalucía cuesta caro. En las provincias en que más barato sale en términos relativos –un 4,6% de los votos en Sevilla y un 4,7% en Málaga– supone en términos absolutos en torno a 40.000 y 35.000 votos con una participación ligeramente superior al 60% –en las elecciones de 2015 superó el 63% y en 2018 cayó al 58%–. Por debajo de esa cifra, los sufragios se quedan sin representación. Se pierden. (klik egin-ver más)
Raúl Bocanegra, en Público
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