No obstante, como acontece siempre que la cuestión del poder está por medio, muchos de los generales que lucharon con Bolívar tenían sus propios sueños de grandeza y, en la medida en que iban garantizando la liberación de los territorios de los que eran nativos, anhelaban instalarse al frente de un poder propio. Y así fue, ya que traicionaron la confianza del Libertador, mataron a su sucesor natural (Sucre) y empezaron a urdir el asesinato de Bolívar, que solo pudo ser evitado gracias a la valentía de Manuela Saenz. Aun así, Bolívar, que ya estaba débil de los pulmones, después de pasar una noche entera en el agua, escondido de los asesinos, vio como su salud se deterioraba rápidamente, muriendo en 1830. A partir de ese momento, el sueño de la Patria Grande fue con él para la tumba y Sudamérica se balcanizó. (klik egin-ver más)
Elaine Tavares
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