El próximo 25 de octubre hay elecciones presidenciales en Uruguay. El mismo día se votará la supresión de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado , eufemismo con el que se conoce la Ley de Impunidad para los militares y policías que cometieron múltiples y horribles violaciones de derechos humanos durante la dictadura cívico-militar entre 1973 y 1985. El apoyo del Frente Amplio y numerosas organizaciones humanitarias y sociales ha hecho posible recoger con holgura las firmas necesarias para convocar el referendum.Mónica, una amiga montevideana, lectora asidua de Gerinda Bai, nos envía las reflexiones que la nieta de un desaparecido de la dictadura uruguaya hace desde el corazón. Reflexiones que nos llegan muy adentro, porque son muy fáciles de entender para cuantos en este país nos hemos sentido y nos sentimos marcados aunque no viviésemos la represión del 36 ni la posguerra.
Porque inevitablemente se nos transfirió silencio, miedo y tristeza, que mucho menos pueden desaparecer en un país que, tras Camboya, sigue siendo el segundo del mundo en cifras de desaparecidos políticos. Aquí, peor aún que en Uruguay, ni un solo policía del franquismo fue juzgado. Aquí se nos quiere hacer olvidar que los delitos de lesa humanidad no prescriben nunca. Aquí ninguna ley responde por los derechos fundamentales de los familiares de los desaparecidos, ni siquiera de los que fueron robados de niños.
Esperemos, Mónica, que el pueblo uruguayo derogue la ley de impunidad y que José Múgica, exguerrillero tupamaro y primer presidente izquierdista de la historia de Uruguay, consiga su reelección.
Las reflexiones son de Sofía Miranda, una joven de 22 años, cuyo padre ha muerto sin saber qué fue del suyo, arrebatado por los fascistas. (klik egin-ver más)
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