lunes, 8 de marzo de 2010

AURELIO ARTETA: EL DISCURSO DE LA FRACTURA

El informe del Defensor del Pueblo de Navarra, en el que pide al Gobierno foral que elabore un plan para el fomento del uso del euskera en la zona mixta ha levantado ampollas. No es casual que Aurelio Arteta, aún sin aludir a dicho informe, vuelva otra vez a la carga con otro artículo incendiario, "Una fe de parlamentario", que publicó anteayer sábado el Diario de Navarra.

Aunque no nos pille de sorpresa, no deja de causar escalofríos que existan intelectuales dispuestos a constituirse en elementos de presión para que la administración navarra extreme más aún su ofensiva de marginación lingüística, hasta la misma exterminación si fuera posible.

Del hecho de que la mayoría de los euskaldunes navarros residan en la zona mixta se obtiene una conclusión obvia: el futuro del euskera está sobre todo en ese territorio. Su uso es minoritario pero es importante y creciente, y mucho más la identificación sentimental. Por eso había ayer más de trescientos asistentes a la semifinal del campeonato de bertsolaris en Villava.

Eso lo sabe muy bien Arteta y por eso construye una realidad ficticia acorde con lo que desearía: que el euskera es algo inventado e impropio fuera de las reservas apaches. Y a partir de ahí su traumática propuesta correctora: eliminar la zona mixta. Sabe que no es viable, pero sabe que situar el polo en tal extremo ayuda a la derecha gobernante a contrarrestar la demanda social en favor del euskera que se registra en Navarra, incluso en la llamada zona no vascófona.

La realidad lingüística de Navarra es conflictiva por naturaleza. Por eso recuperar espacios para el euskera requiere, sobre todo en las zonas de encuentro, de favorecer procesos de permeabilización social, de tolerancia y de concertación. De ahí este esfuerzo por buscar la fractura, la guerra entre comunidades lingüísticas. Es su terreno, y ahí se mueven como el pez en el agua.

Aurelio Arteta dista mucho de ser de UPN. Impulsor del UPyD, sostiene que Navarra, "la región más insolidaria después de Euskadi", disfruta de un ilegítimo régimen foral. Incluso ha asegurado que su partido se presentará también a las elecciones forales, porque "no le preocupa fragmentar el voto navarrista si éste significa foralismo". Eso ya lo veremos en su día. Lo que está más claro que claro es que en lo cultural el discurso de los foralistas en el poder, a falta de otros recursos creativos, no tiene más remedio que tomar prestado lo que puedan producir gentes como este sangüesino antinavarrista, intelectual orgánico del nacionalismo español, que es Arteta. El discurso de los principios inamovibles, y ante todos ellos el de la unidad y uniformidad indisolubles de la gran nación española.
Praxku

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