El domingo 23 de mayo nos hemos vuelto a reunir a las puertas del Penal de Ezkaba (cerradas un año más para los familiares de los presos en el Fuerte), para recordar y reivindicar a todos los que penaron dentro de sus muros, y especialmente a quienes protagonizaron la gran fuga de las cárceles franquistas el 22 de mayo de 1938.
Una de las intervenciones de los familiares ha recordado a quienes hablan de «reconciliación» y de que no conviene «remover el pasado», que superarlo requiere de una condición primera: que los culpables reconozcan sus crímenes, pidan perdón, hagan manifestación de no volver a realizarlos y que paguen por lo hecho. Cuando cumplan por ello la sociedad podrá iniciar el proceso de reconciliación y cada víctima, personalmente tendrá derecho a aceptarlo, o no. Si aquellos asesinos van muriendo, corresponde a sus herederos políticos asumir la responsabilidad de hacerlo.
El Autobús de la Memoria hemos estado presentes con el libro recientemente presentado sobre el conde de Rodezno y recogiendo firmas para que retiren su denominación a la plaza que lleva su nombre en Pamplona y que acoje al monumento franquista más importante del Estado, tras el del Valle de los caídos. Monumento que «reconvertido» en una pretendida sala de arte, que también lleva el nombre del primer ministros de justicia de Franco, para vergüenza de cualquiera.
Una de las intervenciones de los familiares ha recordado a quienes hablan de «reconciliación» y de que no conviene «remover el pasado», que superarlo requiere de una condición primera: que los culpables reconozcan sus crímenes, pidan perdón, hagan manifestación de no volver a realizarlos y que paguen por lo hecho. Cuando cumplan por ello la sociedad podrá iniciar el proceso de reconciliación y cada víctima, personalmente tendrá derecho a aceptarlo, o no. Si aquellos asesinos van muriendo, corresponde a sus herederos políticos asumir la responsabilidad de hacerlo.
El Autobús de la Memoria hemos estado presentes con el libro recientemente presentado sobre el conde de Rodezno y recogiendo firmas para que retiren su denominación a la plaza que lleva su nombre en Pamplona y que acoje al monumento franquista más importante del Estado, tras el del Valle de los caídos. Monumento que «reconvertido» en una pretendida sala de arte, que también lleva el nombre del primer ministros de justicia de Franco, para vergüenza de cualquiera.
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