La mañana de hoy nos ha traído la desagradable noticia de la no aprobación en el Parlamento de la modificación de la Ley Foral de Salud por la ausencia en el momento de la votación de cuatro parlamentarios de NaBai. Dos graves y lamentables hechos en uno sólo.
Aun cuando los efectos reales puedan estar limitados a un retraso de un par de semanas de la incorporación de la interrupción voluntaria del embarazo a las prestaciones de Osasunbidea, esta ausencia tiene sus consecuencias, no ya en la imagen de Nafarroa Bai, sino en personas concretas damnificadas.
Y no está de sobra recordar que el criterio por el que se debe regir la seriedad en la asistencia parlamentaria está al margen de la importancia de las materias que se discutan. La presencia inexcusable, salvo caso de fuerza mayor justificada, les va en el sueldo, como a cualquier otro trabajador, o quizás con mayor motivo. Y cualquier otro tipo de actividad, incluída cualquiera de naturaleza política, debe esperar su turno, fuera de las sesiones.
A las seis de la tarde del día de autos no hay todavía una explicación, salvo la de uno de los cuatro ausentes, y ésta de ninguna manera convincente. Esperamos una comparecencia colectiva para responder de este error político, comenzando por pedir perdón por el perjuicio causado a los derechos de las mujeres navarras.
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