martes, 26 de octubre de 2010

BATZARRE: ¿PUNTO Y FINAL?


El conflicto interno agudizado en Nafarroa Bai a partir del acuerdo Aralar-EA puede tener un primer desenlace próximo: la probable salida de Batzarre en su próxima asamblea, aún cuando sea de esperar la resistencia de un sector favorable a la permanencia. Un desenlace lamentable, porque supondría perder a una fuerza política limitada pero singular por su aportación teórica y práctica para trabajar por la permeabilización de las identidades en Navarra.
Cada cual entenderá a su manera cómo hemos llegado hasta aquí. Yo mantengo lo que en estos últimos meses he tenido que escribir, y las causas identificables: la ruptura del espíritu de 2007 con la consiguiente quiebra de confianzas políticas y personales, caldo de cultivo para el agravio y la descalificación directa e indirecta; la ambición hegemonista de Aralar; la involución en el discurso con la mirada puesta en la izquierda abertzale ilegalizada; la claudicación final del PNV que provocó un vuelco del escenario, en la dirección favorable al diseño de Aralar; y la evolución ideológica de Batzarre, visualizado sobre todo en la pérdida del equilibrio de la sensibilidad en una tierra en la que el sufrimiento está tan repartido.
En este contexto ha ido cogiendo cuerpo en Batzarre su legítimo plan alternativo de defender su línea política desde fuera de NaBai. Su dirección ha optado por marcharse como podía haber elegido quedarse una vez comprobado en Artika y en el debate posterior que, tal como habían dicho ellos mismos unos días antes, había mucha NaBai al margen de los pactos bilaterales. Pero antes de reunirse para cambiar impresiones con los independientes, cuyo protagonismo tanto habían demandado, ya habían anunciado su decisión. Sólo nos resta desearles, si es que la salida se consuma, que su apuesta sirva para impregnar de cultura transversal y de un cierto sentimiento vasquista al menos ese espacio en el que van a trabajar con la compañía más destacada de una fuerza tan inestable congénitamente como Izquierda Unida. Y que no perdamos nadie la perspectiva, ni ellos ni en NaBai de la prevalencia de la necesidad del cambio sobre la lógica competencia política y electoral.
Aunque Batzarre se vaya queda todavía dentro de NaBai suficiente cultura transversal, una de nuestras culturas constitutivas. Y ojalá se produzcan incorporaciones que enriquezcan esa pluralidad.
Con la marcha de Batzarre tampoco desaparecerá el conflicto. Porque la NaBai oficial resultante de los pactos no es la de todos. Porque hay nubarrones como la provisionalidad lógica de lo que algunos ven como unión táctica y la puesta en entredicho por la vía de los hechos de un marco navarro de elaboración transparente de la estrategia política.
Estamos casi en período pre-electoral y habrá que ir cerrando filas, a pesar de todo. Mayor razón para buscar maneras de regular el conflicto y buscar fórmulas de participación que permitan articular todas las energías.
Praxku

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