En el Estado español hay 38 granjas de visones, según un estudio de Igualdad Animal (IA), en funcionamiento, después de que en 1989 llegara a haber hasta 320. El 80% se encontrarían en Galicia, mientras que el resto se reparten entre Madrid, Castilla y León, Navarra, Euskadi, Valencia y Aragón. Los activistas de esta organización de defensa de los animales se han introducido en 35 de ellas, para denunciar cómo es su vida y muerte.
La tendencia al cierre y abandono de las granjas es reconocida hasta por los propios peleteros. Prohibidas en Inglaterra, Escocia y Austria, otros países como Irlanda, Suecia y Noruega estudian su cierre. Las imágenes que han dado a conocer revelan la tortura, tanto física como psicológica, a la que son sometidos por la industria peletera. Para conseguirlas, los activistas han entrado en las instalaciones de noche; colocado cámaras ocultas; extraído documentos que reflejan el número real de víctimas... El resultado es estremecedor: escenas de canibalismo, animales con comportamientos neuróticos y con extremidades o partes de su cuerpos mutiladas.
“Cuestionar el especismo de una sociedad que utiliza a los animales como productos de consumo y avanzar hacia un mundo más justo para todos y todas, independientemente de la especie a la que pertenezcamos”, son los objetivos de esta investigación, según Igualdad Animal. Diagonal
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