viernes, 11 de marzo de 2011

LA GUERRA DE LA MILI


Sabido es que Mayo del 68 lo hizo Isabel Tocino, la exministra del PP que hoy sigue en la brecha de la revuelta social desde frentes tan diversos como el patronato de la Fundación Mangado o el consejo de administración de alguna empresa perteneciente al emporio Botín. Isabel Tocino y algún despistado que casualmente pasaba por allí hicieron Mayo del 68. Eric Hobsbawn, el historiador, al que Mayo del 68 le pilló en París -por sorpresa y muy descolocado-, cuenta que para cuando quiso enterarse de qué estaba pasando, ya había pasado todo. A Isabel Tocino tampoco la vio. Menos sabido hasta ahora que lo de Tocino era que las juventudes de UPN, según ellas mismas acaban de dar a conocer, fueron punta de lanza en el movimiento social que hace diez años justos consiguió la desaparición del servicio militar obligatorio: "Juventudes fue vanguardia entonces también dentro de UPN y ese es un legado del que estamos orgullosos". Ni los historiadores ni los cronistas de prensa vieron rastro alguno de los jóvenes upeneístas en las largas y duras batallas que hace veinte años libraron por aquí quienes, aun sabiendo que irían a prisión por una buena temporada, defendieron la idea que creían justa frente a jueces militares y civiles. Donde sí se vio a jóvenes y mayores de UPN por ese mismo entonces -en los primeros 90- fue en aquel simulacro de nuevo congreso eucarístico que supuso la llegada al Labrit, en olor de multitud, del arzobispo Fernando Sebastián. Lejos del Thoreau que en La desobediencia civil dice que no debe cultivarse el respeto a la ley sino a la justicia y a la conciencia, Sebastián se pronunciaría al poco de llegar por el derecho legal de todo gobierno a imponer un servicio de armas a sus ciudadanos, les guste o no. Nadie vio que los jóvenes de UPN, correligionarios y socios de ocasión de Isabel Tocino, dejasen ni entonces ni después de hacerle la ola al arzobispo, pero ahora se hace saber que fueron la aguerrida vanguardia de la larga guerra contra la mili forzosa.
Javier Eder, en Diario de Noticias

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