viernes, 1 de abril de 2011

INDIGNADOS, PERO OPTIMISTAS


En pocos meses hemos pasado de la felicidad por decreto al desencanto por prescripción facultativa. Al parecer, el tiempo de la prosperidad despótica y del imperativo eufórico ha terminado. La utopía de la abundancia perpetua ha concluido. La crisis económica, esa que unos padecen más que otros, ha liquidado todos los niveles de confianza social y relacional, tanto la horizontal como la vertical. En este momento, muy poca gente, excepto los banqueros, los ricos y muy ricos, la alta clase política, el gran empresariado y los dirigentes de lobbys mediáticos, tiene esperanza en que las cosas cambien. Mucha gente, pese a ser optimista por naturaleza, pese a declararse medianamente feliz, pese a mantener un permanente exorcismo contra el desánimo y mantener muy altas las cotas de confianza en sí mismo, duda que el futuro le depare un mejor escenario. (klik egin-ver más) Paco Roda, en Independientes NaBai

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