Los resultados de las últimas elecciones han colocado a Aralar en una situación difícil. Es, a mi entender, una situación injusta con un partido político que ha aportado muchas cosas positivas en sus menos de 10 años de vida y que tiene mucho que ver en los pasos dados por Batasuna en los últimos tiempos. Sin embargo, como alguien me dijo una vez, la política no suele ser justa con sus protagonistas ni acostumbra conceder la razón a quien la tiene.
Batasuna ha jugado muy bien sus cartas y ha aprovechado una vaga promesa de paz junto a un discurso victimista para conseguir una vez más que una parte importante de la ciudadanía de este país (más en la CAV que en Navarra) volviera a confiar en ellos y sienta una cierta borrachera con el triunfalismo que transmiten (como si hubieran llegado a la meta y no a la línea de salida). Ante esta situación, a Aralar le quedan dos alternativas. (klik egin-ver más)
Abarria, en Erreniega
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