Ni los objetivos del imperialismo ni de estos sectores islamistas ultras, wahadistas, salafistas, Hermanos musulmanes y Al Qaeda, eran la libertad, los derechos humanos, las mejoras sociales, y menos la igualdad. El objetivo era derrocar a Gadafi, derrocar su régimen -y lo de menos era que fuera o no un tirano- porque era un obstáculo para los intereses económicos y geoestrátegicos de las potencias occidentales y porque también el estado laico y socializante de Gadafi era un obstáculo para la creación de un estado islamista sectario, basado en la Sharia y en el negocio, en la propiedad privada, en el mercado y en la explotación capitalista de sus grandes recursos. En el caso de estos sectores islamistas, se trataba de una lucha por el poder, por cambiar de régimen, y no en una lucha por las libertades, que no era más que la coartada. (klik egin-ver más)
Iñaki Urrestarazu, en GARA
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