Adolescentes húngaros de ambos sexos y con edades comprendidas entre
los 11 y los 21 años pasan las vacaciones de verano en un campamento
paramilitar, donde aprenden el manejo de las armas, la disciplina castrense,
técnicas de combate y se someten a un duro entrenamiento. Esta instalación,
situada en Mogyorod, a poco más de 30 kilómetros al noreste de Budapest,
pertenece al Estado húngaro, y los jóvenes que acuden al lugar tienen que pagar
el equivalente a unos 130 euros y están bajo el mando y control de miembros de
las Fuerzas Armadas. (klik egin-ver más)
Paco Soto (en Grupo Correo)
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