jueves, 2 de mayo de 2013

ENEKO

En la imposibilidad de agradecer personalmente a cuantas personas nos habéis mostrado en este duro momento vuestro amor y apoyo, la familia de Eneko Seco, su madre, padre y hermano, queremos hacerlo por medio de estas líneas. El dolor por el zarpazo que nos ha dado la vida, arrebatándonos a quien tanto queríamos, es inmenso y no hay nada ni nadie que lo pueda cambiar. Pero sí a veces mitigar. Vuestro apoyo incondicional, vuestra generosidad han sido bálsamo para nuestra herida profunda. El volver a la cotidianeidad desde nuestro pequeño y cálido local de la calle la Feria, a la rutina, a las pequeñas cosas del día a día sin él hacen mayor, si cabe, el agujero de la pérdida. Pero, por otro lado, queremos intentarlo, aunque en cada uno de estos gestos nos duela hasta el aliento.
Eneko es nuestro hijo, es nuestro hermano, es nuestro compañero y amigo. Eneko amó la vida y se entregó a ella con la certeza de haber nacido para ser libre, como los pájaros y los árboles. Y libre ha transitado hacia la casa de los sueños, generando una hermosa red de sentimientos que todos, familia y amigos, nos habéis hecho llegar y así os lo agradecemos, como el sol después de la lluvia, como la calma tras la tempestad.
Eneko, beti gurekin. Así lo despedimos, así lo despedisteis, y cuando cualquiera de nosotros, de vosotros, "juegue al baloncesto, al fútbol, haga surf, pille el patinete, toque la guitarra, el txistu, anime a la Erreala, vaya al Sadar, la TAF, la Pedi, el Botri o corra el encierro.....O cuando simplemente estemos todos juntos de farra echando privas a tu salud, tú siempre estarás entre nosotros". Y si os decimos que las lágrimas de hoy, las convertiremos en la risa de mañana, contigo, beti gurekin, Eneko maitia.
Tu familia (en La Voz de la Merindad)

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