martes, 21 de mayo de 2013

DAME PAN Y DIME TONTO

José Antonio Gayarre, a punto de convertirse en ex presidente de la Comunidad de Bardenas, concedió recientemente una entrevista a este periódico. La leí arqueando la ceja varias veces, en especial, cuando declaraba que no hubo elección posible en la última negociación con Defensa por el convenio de uso del polígono de tiro: o te pagaban o te expropiaban y te quedabas sin tierra y sin dinero, pero el polígono, por uebos, se mantenía. Si eso fuera cierto, yo no hubiese querido estar en la piel de Gayarre cuando fue a Madrid a negociar el canon. No tuvo que tener posición de fuerza alguna, ni siquiera para sugerir un importe de salida en la negociación. Sin embargo, Gayarre se congratulaba en la entrevista de que el acuerdo con Chacón, ministra de Defensa por aquel entonces, fue altamente satisfactorio. Tras terminar la lectura, me quedé con ese poso de perplejidad que se me queda en el cuerpo cada vez que trato de entender cualquier información relacionada con la tierra bardenera: un territorio que es un prodigio del poder de la naturaleza y, a su vez, un claro ejemplo del poder del absurdo humano. Una tierra por la que valles, monasterios y municipios, la mayoría de ellos poco o nada bardeneros, ponen la mano y se llevan un dinerillo. Un dinerillo que cae a cambio de que ese trozo de tierra, cuya belleza es admirada, a destajo, lo mismo por amantes de la naturaleza que por fotógrafos, cineastas o publicistas de todo el mundo, sea bombardea y machacada en maniobras militares, que ponen en riesgo a esos mismos valles, monasterios y municipios. Y todo por un puñado de euros, que si bien reunidos son un buen pellizco, en el reparto apenas dan para reparar una calle, con el riesgo añadido de que luego un avión o una bomba te la vuelva a resquebrajar. Y si preguntas por la cuestión bardenera a los políticos que gobiernan esos valles y municipios, (no, ya no gobiernan los monasterios), te saldrán por peteneras. Total, si Castildetierra, tarde o temprano, se derrumbará y se convertirá en polvo, como todos nosotros.
Allá Películas

No hay comentarios:

Publicar un comentario