Por muy profunda que sea la crisis económica que azota a la vieja Europa y por sangrante que sea la herida que sufre la cohesión social a raíz de las políticas de la derecha ultraliberal, los europeos no podemos encogernos de hombros y mostrarnos indiferentes ante horrorosos episodios como el de hoy. Si aún nos queda algo de los valores que animan esta vieja cultura, si aún creemos en la solidaridad y en la igualdad entre los seres humanos, tenemos la obligación de exigir que se detenga este drama y que después de los lamentos y protestas de buenas intenciones se pase por fin a la acción y a las soluciones. (klik egin-ver más)
El blog de José Luis Díaz
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