sábado, 27 de septiembre de 2014

DE CÓMO LA CANCIÓN "AL ALBA" LOGRÓ ESQUIVAR LA CENSURA FRANQUISTA


El 27 de septiembre de 1975, haciendo caso omiso a las peticiones de clemencia que llegaron de todo el mundo, incluso del Papa Pablo VI, Franco ordenó el fusilamiento de José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot "Txiki" y Angel Otaegui. Voluntarios de la Guardia Civil y la Policía Armada formaron varios pelotones de fusilamiento. Aunque lo permitía la ley, ningún familiar pudo estar presente en los asesinatos, tan sólo el párroco de Hoyo de Manzanares, quien dejó testimonio de la barbarie: “Además de los policías y guardias civiles que participaron en los piquetes, había otros que llegaron en autobuses para jalear las ejecuciones. Muchos estaban borrachos. Cuando fui a dar la extremaunción a uno de los fusilados, aún respiraba. Se acercó el teniente que mandaba el pelotón y le dio el tiro de gracia, sin darme tiempo a separarme del cuerpo caído. La sangre me salpicó”.

Fue en vísperas de esas ejecuciones cuando el cantautor Luis Eduardo Aute compuso una de sus mejores canciones, llegando a convertirse en toda una declaración de amor y sufrimiento. Para poder esquivar a la férrea censura franquista, Aute envió varias canciones para que fueran examinadas por los censores del régimen. La mayoría llevaban un claro mensaje que sería detectado por estos, para así dar vía libre a una inocente canción de amor que pasó desapercibida por los dictaminadores de turno.Tras la canción se escondía todo un alegato contra la pena de muerte y una proclama a la libertad. Las metáforas de la composición pasaron totalmente desapercibidas para la censura.

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