martes, 25 de agosto de 2015

TODAS LAS VÍCTIMAS

En Navarra, durante la Guerra Civil, fueron asesinadas miles de personas a pesar de que no hubo propiamente un frente de guerra. ETA ha asesinado, de manera sistemática y hasta fechas muy recientes, a más de cuarenta personas. Como respuesta extralegal al terrorismo se han practicado muchas torturas y algunos asesinatos.
Evidentemente todas estas violencias tienen diferentes características, son más o menos cercanas en el tiempo, produjeron distintas cantidades de víctimas, pero son igualmente acciones de violencia injustificada e injustificable, que merecen un tratamiento específico en nuestras políticas de la memoria.  (klik egin-ver más)
Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía en la UPV/EHU, en Diario de Noticias

1 comentario:

  1. Me parece poco científico y nada afortunado calificar de "como respuesta ilegal" los crímenes del Estado. Por lo mismo se podría decir que "como respuesta a la represión del Estado, ETA actuaba”. También me parece caer en relatos intencionados, cifrar de forma exacta los muertos de ETA y dejar en indefinición los del Estado. No es casual ese contar tan preciso de unos ni ese no saber que es más un no querer saber de los otros. Falta precisar que mientras los crímenes de ETA fueron perseguidos y en la mayoría de los casos juzgados de forma excepcional y castigo excepcional, la gran parte de los crímenes del Estado, todo lo contrario: pocos o casi ninguno juzgado y el que así fue, poco castigado, ridículamente castigado. También habría que anotar que ETA jamás utilizo el terror de la tortura o la violación sexual mientras que el Estado sí. Y seguir aportando verdades de difícil visión y divulgación: fuera de la “guerra” contra ETA, el Estado también torturaba, violaba y asesinaba lo cual contradice de forma más que fehaciente ese “como respuesta a…”. Son muchos los casos de ciudadanos malogrados por las diversas policías o en comisarías o en prisiones que nada tenían que ver con “lo vasco” ni con asuntos de política. Claro está, no hay una lista detallada al respecto, porque mientras las violencias de unos se quieren magnificar y catalogar como diabólicas, las propias, las del Estado, ni se reconocen ni se quiere se sepan de ellas. Por lo cual lo que no hay que hacer es, precisamente, ser cómplice de las tácticas y subterfugios del terror del Estado porque no hay mayor victima humillada y olvidada y no resarcida que una que lo ha sido por el terror del Estado.

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