Cabanillas –cuyo hijo, también de nombre Pío, fue ministro portavoz con José María Aznar– llegó hasta el concejo de Barindano, en Ameskoabarrena, en 1964. Era ya una etapa franquista tardía y el expolio de la guerra quedaba ya lejos en el tiempo, pero los hombres fuertes de la dictadura seguían teniendo un inmenso poder. En aquel entonces, Cabanillas era secretario de Estado y pronto sería ministro. Por el motivo que fuera, el alto cargo de Franco se encaprichó de unos terrenos para hacerse una casita donde pasar las vacaciones. Y el pueblo no pudo hacer nada. «Se trató de una venta en la que medió coacción y no la voluntad libre de la junta concejil», expone en su escrito el actual concejo de Barindano. (klik egin-ver más)
Aritz Intxusta, en GARA
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