Puta si te acuestas gratis con quien quieres. Puta si te acuestas cobrando con quien no quieres. Si te apetecía desde el principio: PUTA. Si resulta que no te apetece: “Al final no quiso acostarse conmigo, la muy puta.” Si sales con un tipo casado, TÚ eres la puta. Si traicionas a una amiga eres MUY PUTA. Si te quedas embarazada con dieciséis, es por puta. Y si a los cuarenta aún no tienes hijos, eres una puta egoísta. Si tu hijo es mala gente, es un hijo de puta: Tú eres puta. Si tu hijo es buena gente, es un tío de puta madre ¿y entonces, qué eres tú? Pues puta. Quizá por eso te violaron: por puta. Si no quieres a ese hombre, eres puta. Si le quieres demasiado: PUTA TAMBIÉN. Si te pones límites, puta y si no te los pones, ¿adivinas? REPUTA. Si eres una jefa exigente: no puedes ser más puta. Puta si eres lesbiana y puta si te gustan tanto los rabos que los meriendas de dos en dos. Puta cada vez que no haces lo que quieren y puta cada vez que sí lo haces.
¡Qué putada! Putas todas. Putas siempre. Putas, reputas, superputas!
Patricia Sornosa, en Diario 16
No hay palabra que me cause tanta desazón como la palabra "puta". Y sobre todo cuando la usa la mujer respecto de otra mujer. Porque siendo ambas del mismo sexo sometido bajo el machismo, en vez de solidarizarse, demuestran lo asumido que tienen lo que se les ha impuesto deben ser y cómo deben ser: sobretodo sexualmente….
ResponderEliminarHubo tiempos remotos donde las “sacerdotisas” del sexo estuvieron situadas en un lugar preferente, porque eran tiempos sabios. En nuestros tiempos, colocamos en altares a cocineros, cantantes, peluqueros…. y todas esas personas que con su quehacer nos dan placer variado. Sin embargo nadie presume de gozar sexualmente con una experta del sexo: eso no se puede propagar sino es en círculos reducidos, secretos…. Prueba de lo sometidos que estamos bajo una moralidad enferma, retrograda y sin sentido común que causa muchos de los problemas personales y generales que padecemos como sociedad.
El sexo a diferencia de otras actividades frecuentes y placenteras de nuestra vida, como el comer, los hobbys, lo seguimos teniendo como una actividad secreta salvo en lo que oficialmente se puede dar a conocer, porque estamos en una sociedad de moral mojigata.
No nos damos cuenta de la gran cantidad de buen sexo que nos estamos perdiendo por: hacer de las trabajadoras sexuales, de las mujeres liberadas así como de las relaciones homo o bisexuales, diana de todos los escupitajos que de forma tan vehemente como irracional solemos arrojarles debido en gran parte a la lacra religiosa que todo lo infecta.
La vida sexual de las personas es larga y cambiante y el matrimonio suele matar todo deseo sexual o vida sexual satisfactoria. Recurrir a profesionales o no para gozar del sexo no debería ser ninguna “aventura” traumática, peligrosa o vergonzosa sino todo lo contrario. Y recurrir tanto unos como otros, tanto hombres como mujeres…Que en el caso de estar casado, no supusiera tener que romper el matrimonio que seguramente en todo lo demás es satisfactorio. Porque el sexo como el comer, es una necesidad frecuente y si comer variado, con desconocidos o invitar –pagar- a comer a alguien no es ningún delito moral tampoco debería serlo sexualmente. Todos ganaríamos más felicidad si el sexo dejara de ser tabú, las mujeres gozaran de la libertad sexual de los hombres, el sexo no tuviera “sexo” salvo el que cada cual elija, y bajáramos de ese pedestal impropio donde las religiones y morales obtusas han colocado la cosa sexual. Porque el sexo y su práctica deben estar en un lugar preeminente de toda sociedad e individuo, pero no donde están hoy que es en “la edad media” si como tal entendemos esos tiempos sometidos a inquisición de los más descerebrados de todos.