Por todos son conocidos los sentimientos independentistas de Pep Guardiola, que el otro día criticó el encarcelamiento de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez y les dedicó la victoria del equipo al que entrena, el Manchester City. Esto no sentó bien al portavoz del Gobierno, Iñigo Méndez de Vigo, que se marcó el típico discurso clasista propio de un pijo burgués de varias generaciones como él, que hasta ostenta el título de Barón de Claret y es Borbón por línea paterna. Digo Vigo: "La opinión de un deportista, en general de cualquiera, cuando habla de otras cosas que no es aquello de lo que sabe o hace bien es como la que tengo yo cuando hablo de física nuclar, que no sé una palabra". Clasista porque al parecer para criticar que dos ciudadanos catalanes estén en la cárcel acusados de sedición y para dedicarles un triunfo hay que ser juez o abogado con 20 años en activo o ser portavoz del gobierno, ya saben, esa gente que sabe de todo, pues de todo les preguntan y de todo tienen que contestar. Vigo, que fue Ministro de Cultura, Deporte y Juventud y que de las 3 cosas era y es experto mundial reconocido pero por los cojones, hizo el típico comentario del que básicamente pretende minusvalorar la talla intelectual de aquel que no opina lo que a él le gusta oír, aunque luego dijera "Guardiola está en su derecho de opinar", algo que hay que agradecerle puesto que dadas las circunstancias dentro de poco igual vamos todos a la trena por abrir la boca, salvo los que opinen igual que Vigo y los suyos. Y, además de eso, el comentario fue el habitual, ya que inicialmente mencionó el asunto de "la opinión de un deportista" -aunque luego dijera que "en general de cualquiera"-, como si ser deportista invalidara para opinar sobre la sociedad en la que vives y todos sin excepción tuviesen el cerebro de un pistacho. A esta gente la democracia y la libertad de expresión les jode.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
excelente Nagore.
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