lunes, 4 de junio de 2018

Y SIN FRENOS

Alguien me dijo el otro día que no debía meterme con la izquierda. Que para cuestionar a Podemos Navarra por su deriva psicopatológica ya había mercenarios, medios y francotiradores que utilizaban munición envenenada contra esta formación. Y con tono catecumenal me dijo que el enemigo era otro. Que con ello le hacía el juego a la derecha. Le dije que la gestión de la crisis de Podemos Navarra evidenciaba una nula capacidad de autoprotección y control de los marcos y tiempos políticos. Que esa gestión solo ahondaba más en la crisis. Y que, salvo allegados, militantes, parientes interesados y miembros del sanedrín, nadie sabe qué ocurre de verdad en Podemos. Y si, ambos sectores, lauristas y santistas, se afanan en explicar con rebuscados comunicados, ruedas de prensa patéticas y artículos incomprensibles, qué ocurre en ese agujero negro. Pero nadie se dirige de verdad a esos 46.207 votantes que confiaron en ellos y ellas. Porque lauristas y santistas solo quieren explicarse a sí mismos. Solo quieren sufragar su propia incapacidad. Como si solo importara la legitimidad o no de la propiedad de las actas parlamentarias. Porque de ello han hecho una ciénaga encarnizada, un lodazal en el que se mueven y remueven narcisos de saldo y egos de contrabando.
Hace tiempo que mucha gente ha perdido el hilo de esta carnicería. Y lo peor, a nadie le interesa este sainete salvo a esos círculos concéntricos de poder. Porque la gestión de esta crisis no está clarificando nada. Todo lo contrario. Y ello está ahondando en la desconfianza y el desconcierto. Hablar más de la cuenta, exponer, confesar, echar pestes de unos y otras, acusar a diestro y siniestro, solo está sirviendo para ahuyentar a esa ciudadanía que confió en otras maneras de relacionarse, de entender el mundo, la política y su gestión.

Podemos Nafarroa tiene un problema de moralidad mórbida mal gestionada. Y está fraguando su autoinmolación. Y lo peor de todo, una presidencia del Parlamento en riesgo de descapitalización política. Y esto tendrá consecuencias.
Paco Roda, en Diario de Noticias

No hay comentarios:

Publicar un comentario