El problema, avisan los empresarios y la derecha con nómina pública, es que se haya subido el SMI a los 900 euros. Con 900 euros al mes, una persona que viva sola y que tenga o una hipoteca o un alquiler normalito llega a fin de mes de milagro, si llega. Si vive en pareja y su pareja no tiene trabajo y no tienen hijos, no llegan. Si tienen hijos, no llegan al día 20. Por debajo de ahí, está la pobreza y luego la pobreza extrema. Que tengamos que estar discutiendo esto a estas alturas de siglo XXI es la clara muestra de lo mucho que ha involucionado la sociedad, los derechos laborales, la capacidad de unirnos ante los abusos del poder -laboral, económico, social, político, mediático- y la comida de tarro de millones de personas, que aún se creen los mensajes apocalípticos que se lanzan. No he visto una sola portada o artículo o reportaje tremendista en la supuesta prensa seria -tampoco aquí- hablando de que los precios de los pisos ya comienzan desde hace varios años a coger el nivel de antes de la crisis, con costes demenciales para cualquier persona que no quiera enfangarse en una hipoteca a 40 años. Hace 50 o 40 años, con trabajo y esfuerzo, sí se pagaban las casas en 10 años. Ahora se necesitan 30, como mínimo. Eso no causa alarma social, como tampoco que el mercado de alquiler sea tan reducido que los precios alcancen niveles grotescos e inasumibles, como tampoco que la tasa de paro continúe siendo el doble que la media europea y que muchos de los que están en el mercado laboral lo estén con contratos irrisorios en cuanto a la seguridad, la temporalidad y la nómina. Eso no preocupa, está asumido ya. El problema no es que el bobo de Rivera diga que ganar 10.000 al mes es ser clase media, el problema es creernos clase media por ganar 10, 15 o 20.000 limpios al año. El 90% de la gente somos curritos, pero nos creemos otra cosa. Por eso ganan.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
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