jueves, 17 de enero de 2019

TEBAS LIGA CON VOX

Entiendo que los clubes de fútbol hagan oídos sordos y miren para otro lado cuando al jefe de su negocio se le desata la lengua. Lo entiendo pero no lo comparto. Al ejecutivo de sueldo millonario que dirige esa gran empresa llamada LaLiga le consienten todo porque cada año consigue contratos que engordan más y más las arcas de los equipos (la inmensa mayoría sociedades anónimas bajo el control de empresarios advenedizos) que le sostienen en el cargo. Ese aforismo de que se puede cambiar de pareja, de religión, de sexo o de partido político pero no de equipo de fútbol rige para el aficionado de abono y bufanda, no para esos tiburones del balón que buscan la oportunidad de dar una buena mordida hoy en el Xerez, mañana en el Betis y más tarde, si hay ocasión, en el Córdoba. Compran y venden jugando con el sentimiento de mucha gente, pero es que el sentimiento cotiza a la baja en este mercado. Un escenario en el que Javier Tebas no solo dicta las normas sino que termina por intervenir en la vida de los clubes y en Osasuna tenemos un ejemplo cercano.
Con Vox sacando pecho en el parlamento andaluz, presumiendo de una doctrina xenófoba y machista que ha desencadenado manifestaciones en varias ciudades del Estado denunciando esa involución, el presidente de LaLiga que acoge a 42 clubes con millones de seguidores no tiene reparo en confesar que aprueba esa ideología y que la apoyará con su voto en las urnas en las elecciones legislativas. De Javier Tebas ya sabíamos que militó en Fuerza Nueva y que en su día manifestó que España necesitaría su propio Le Pen;ahora constatamos con preocupación que el fútbol profesional está en manos de alguien que es tan ultra o más que Santiago Abascal, y eso implica un sesgo ideológico a la hora de tomar decisiones que afectan a una masa heterogénea.
En un mundo tan reservado como el del fútbol profesional en el que sus protagonistas evitan pronunciarse más allá de “el árbitro se equivocó o “no estamos teniendo suerte”, la actitud de Tebas es un desafío constante. Con el beneplácito de dirigentes y dueños de clubes. Porque para ellos el negocio es el negocio. Y para Vox, Tebas un fichaje de campanillas...
Félix Monreal, en Diario de Noticias

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