Entiendo que los partidos que conforman el Gobierno afeen la estrategia de sus rivales y les acusen de eludir sus principios para lograr su único objetivo: volver al poder. Pero lo entiendo 24 horas. Porque pasado ese tiempo nadie con dos dedos de frente se puede sorprender de que UPN -en esta situación histórica concreta- haya hecho lo que ha hecho. La diferencia es que lo hace antes de las elecciones y eso da margen para pensar al resto. Y lo que hay que pensar es que ni un solo voto de la derecha -a falta de qué pasa con Vox- va a irse a la basura. Ni uno solo. Ni en Parlamento ni en ayuntamientos. En Pamplona, por ejemplo, PPN y Cs no sumaron concejales pero sí 7.500 votos y un 7,5%, que irían a Navarra Suma. Y en Parlamento, fue un 6,9% y a saber qué es en mayo. Esta es la cuenta, esto es lo que hay que combatir, porque a ellos los Fueros, Navarra y todo eso hace mucho que les dejó de importar y porque además los discursitos éticos valen para lo que valen cuando el enemigo se ha metido en la trinchera del discurso único y falso -van a vender Navarra al País Vasco- y cuenta con una maquinaria mediática enorme que lleva funcionando décadas, dentro y fuera. Por tanto, cuando leo por ejemplo a Marisa de Simón (I-E) decir que lo de UPN y cía “es la plataforma del miedo a la continuidad del cambio y de la izquierda” lo que me viene a la cabeza es el miedo del votante de I-E a que I-E no sume el 3% por no haber querido ir con Podemos -como sí hace en España- y que esos votos vuelen y con ellos medio cambio. O que haya tres candidaturas en Pamplona de similar corte y por ejemplo por I-E repita Eguino, que dijo mil veces que no iba a repetir, entre mil detalles. Se llama altura de miras, se llama no ser más guays que nadie y tener un poco de sentido práctico aún a costa de los sillones de cada uno. Pensad en los votantes, no en vuestros sillones. Si no es mucho pedir.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
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