jueves, 27 de febrero de 2020

SORPRESA E INCERTIDUMBRE

Los resultados de las primarias de Podemos Euskadi ofrecieron ayer una auténtica sorpresa al imponerse Miren Gorrotxategi de la lista Zubiak a Rosa Martínez candidata apoyada por la dirección actual. Algunos medios hablaban de seísmo  como expresión que reflejaba mejor el resultado ciertamente inesperado. Las consecuencias no se han hecho esperar: dimisión del secretario general, pronta designación de una gestora y transferencia inmediata de la dirección política a la candidata a lehendakari.A la sorpresa se le añade también otra cuestión que se resume en la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las diferencias entre estos dos grupos en liza? 
Se ha dicho que en el resultado ha podido tener su influencia el acuerdo presupuestario suscrito con el Gobierno Vasco, dando a entender que las bases habrían castigado a Lander Martínez por tal hecho. Sin embargo, no parece ser una explicación que se sostenga en datos objetivos, pues aquel acuerdo fue respaldado por esas mismas bases con casi un 90% de los afiliados que participaron en la consulta. Frente a 2541 que votaron a favor solamente 319 lo hicieron en contra.
Sin embargo, es cierto que en Podemos Euskadi existen lagunas en su proyecto, lo que significa falta de clarificación estratégica en las relaciones políticas con otras formaciones, particularmente sobre la caracterización del PNV y la actitud a mantener con esta formación. Ayer mismo portavoces de Zubiak se referían a iniciar tras las elecciones una estrategia de entendimiento con Bildu y el PSE-PSOE para construir la alternativa al PNV. Es decir, vertebrar en Euskadi una dinámica de confrontación de izquierda versus derecha.
Es legítima la pretensión de construir desde la izquierda (secesionista o unionista) una alternativa al proyecto del PNV. No es nueva, aunque sí resulta una novedad convertir en aliados estratégicos a la izquierda abertzale y al PSE-PSOE. No es fácil construir la alternativa al PNV, pues a la singularidad de la sociedad vasca en su composición política y en sus aspiraciones, se le une la singularidad del PNV, en su composición política y electoral, en su caracterización ideológica y especialmente por el contenido político de su actuación gubernamental. No es muy congruente, por ejemplo, caracterizar a los jeltzales en Euskadi como formación de derecha conservadora  y a su política como neoliberal, y, sin embargo, considerar a este partido en el Congreso como un agente necesario e imprescindible para el cambio progresista en España. Un debate que ya se hizo hace unas décadas y que vuelve. Solamente recordar que la única alternativa que se puso en marcha para desalojar al PNV del Gobierno fue la acordada entre el PSE-PSOE y el PP. 
Xabier Gurrutxaga (2020-02-27)

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