martes, 2 de marzo de 2010

"ES LA ECONOMÍA, IMBÉCIL"

Con esta frase lapidaria ganó Bill Clinton a Bush padre las elecciones estadounidenses de 1992, y es precisamente la misma economía la que hoy importa a miles de navarros. Ciudadanos que están preocupados por sus menguados bolsillos, mucho más que por el pulso interno que se libra sin vergüenza en el seno de NaBai.

Una pugna que lleva atada al pecho una bomba de relojería con el temporizador puesto el 15 de marzo, como recuerdan un día sí y otro no quienes, según trasciende, intentan monopolizar NaBai sin consultar a las bases de una coalición que, lo saben los partidos, donde más fuerza halla es en un ejército de no afiliados que bien han procurado mantener desorganizados.

El ingenuo que piense que romper la cuerda le va salir gratis no tiene un dedo de frente, se lleve las siglas, cree una nueva patente o revuelva Roma con Santiago para vender la moto de que los malos son los demás. ¿A quién le importa estas partidas de tahúres con naipes marcados?. De lo que la gente habla es del paro insoportable en Sakana, de que los autónomos no tienen financiación, del futuro negro de los jóvenes...

Los polos pueden esperar y los de Batasuna derretirse con él en la mano si no mandan explícitamente parar a ETA. “Es la economía, imbéciles”. De lo que NaBai tiene que hablar es de los despidos de Gamesa, del pastón que va a costar el circuito de Los Arcos, de la filfa del Museo de los Sanfermines, de las apropiaciones hechas por la Iglesia o del derroche del pabellón Reyno-Arena. Lo demás hoy es secundario, a menos que NaBai quiera seguir los pasos de Bush padre y que un saxofonista le levante el pan del morral.


Beltrán Gárriz

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