viernes, 29 de octubre de 2010

LA CUARENTENA DE BASAGOITI


Pide Basagoiti que se acuerde una cuarentena electoral de otros cuatro años para la izquierda abertzale oficial independientemente de cuál sea su posición respecto a ETA o de qué decida ETA respecto a su petición de cesar de forma unilateral, irreversible y verificable la violencia. Basagoiti está sabiendo leer los intereses partidistas y personales de los sectores más duros del PP, con la vieja guardia aznarista a la cabeza en busca del protagonismo perdido, y los intereses comerciales de los medios derechistas de Madrid, que atisban que el debate sobre el fin de ETA puede suponer una oportunidad de recuperar lectores y oyentes perdidos. Y, de paso, intenta ocultar que la desaparición forzosa de los votos que pueda tener aún la izquierda abertzale oficial son la única vía que garantiza a Basagoiti un protagonismo mediático y una influencia política -gracias al error del PSE de López- muy superior al que le dieron las urnas. Es decir, no hay defensa de valores democráticos alguna en las posiciones de Basagoiti, sino una defensa sectaria de sus propios privilegios y la evidencia de un temor a que la desaparición definitiva de ETA -su derrota social y política ya la ha logrado la sociedad- perjudique a los intereses políticos de unos y económicos de otros. Sin olvidar la lamentable paradoja de que sean los herederos ideológicos de la atroz dictadura franquista de 40 años los que reclamen ahora una cuarentena de cuatro años como vía para demostrar la conversión de la izquierda abertzale oficial a la democracia. Una conversión que la llamada transición no exigió a un franquismo, cuyos restos aún siguen activos política y mediáticamente.
Editorial del Diario de Noticias

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