viernes, 22 de julio de 2011

BONO, EL PERFECTO IMBÉCIL MORAL


Decía Borges que un dandy era un individuo preocupado exclusivamente por las corbatas y las metáforas. Pues muy bien podríamos decir que un “imbécil moral” es un individuo obsesionado por las corbatas e insensible ante la injusticia y la barbarie.

Bono, el presidente del congreso de los diputados, es un buen ejemplo no precisamente de Dandy (más bien de brandy cuartelero), el postizo y el teñido abusivo le descartan de esa categoría, sino de “imbécil moral”. En el mismo día en que se cumple 75 años del golpe fascista y genocida del exgeneral Franco, a Bono solo le preocupa que el ministro de Industria no lleve corbata y que los visitantes del congreso vistan como si fueran empleados del Banco Santader (algún día hablaremos de la relación entre vestido, canon estético y hegemonía). Elude Bono condenar el golpe del 18 de julio, reivindicar la memoria de la república o describir el horror de una dictadura tan cruel como la franquista. Y para colmo ultraja la memoria de Azaña manipulando sus palabras. La declaración que enfáticamete lee, deja avengonzados a las victimas y a los familares de la represión franquista.

Con izquierdas como esta ¿para que hace falta la derecha? Este meapilas, demagogo, millonario con fortuna de origen más que incierto y ególatra sin motivo alguno; ha dado constantes muestra de que dentro del PSOE habita, desde antes de la transición, un franquismo sociológico que explica por que en el Estado español hay la democracia raquítica que hay (recuerden a Felipe González subido en el yate Azor, aquel donde supuestamente Franco cazaba descomunales atunes). Parecía, allá por el 2004, que ZP era otra cosa. Y ciertamente lo era: no era nada. Entre conservadores (Bono&CIA) y banales (ZP&CIA) anda el juego del PSOE, como para hacerse ilusiones.
Francisco Garrido (en P36 Andalucía)

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