domingo, 30 de octubre de 2011

UN TESTIGO LLAMADO ROCÍO


En algún día de 1976 un hombre y una mujer cruzaron la frontera que divide Portugal y Andalucía. Llevaban consigo algo del dinero recaudado en el Centro de Intervenção Cultural de Lisboa con la programación de cine político prohibido que organizaban regularmente para los españoles que, desde las zonas cercanas a Portugal, se desplazaban a su capital para conocer la filmografía que la dictadura excluía en las salas de su país. Hombre y mujer cruzaron la frontera porque llevaban en la cabeza diversos proyectos de intervención cultural que deseaban desarrollar en el contexto efervescente de aquel 1976. Entre esos proyectos habitaba una estrella: realizar un documental sobre la romería mariana del Rocío. El resultado marcó sus vidas, nos orienta hoy en la comprensión de los procesos sociales relativos a la memoria pública, y testifica sobre las zonas grises de nuestro Estado de derecho.
Ricard Vinyes (Historias para No Dormir)

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