domingo, 27 de enero de 2013

BARCINA, PENDIENTE ABAJO

Yolanda Barcina, la sonrisa del régimen, encandiló a Miguel Sanz hasta el punto de nominarla cabeza de lista por UPN a la alcaldía de Iruñea en 1999 ante el estupor y la indignación de la vieja guardia del partido regionalista, que la consideraba una advenediza arribista y poco de fiar. El descalabro -cuando no la connivencia- del PSN y la dispersión del voto nacionalista le permitió perpetuarse en el cargo durante doce años, tiempo suficiente para que buena parte de la sociedad pamplonesa conociera -padeciera- su carácter autoritario, su acendrada españolidad y su lealtad a los poderes fácticos, tanto económicos, como academémicos, o como eclesiásticos. (klik egin-ver más)
Pablo Muñoz, en Diario de Noticias

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