La noticia de un trágico accidente en una granja de cerdos de Mélida sacudió ayer el valle del Aragón. Como suele suceder en estos casos, la angustia se acrecentaba con la incertidumbre que acompaña al goteo de datos, a veces contradictorios, que van llegando. Se trataba de Javier Piñas, conocido fondista de Carcastillo. Tenía 51 años y se le atribuía una natural disposición al trabajo y un carácter un tanto reservado. Había tomado parte en marathones y en carreras de mayor kilometraje incluso. Y aunque ya no participaba de forma habitual en competiciones, seguía practicando su deporte favorito, corriendo a diario por las inmediaciones. La muerte le sobrevino al caerle encima un bloque de unos 400 kilos de placas de hormigón que de forma voluntaria estaba ayudando a descargar en una propiedad de una cuñada. La tragedia es mayor teniendo en cuenta que uno de sus tres hermanos falleció hace seis en años en Zaragoza al ser atropellado por un camión cuando circulaba en bicicleta.
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